The Runaways
31 de mayo de 2016
Max Hernández
Es cierto que las mujeres dentro del mundo de las guitarras y la distorsión no han sido pocas, en los 60 las voces de Janis Joplin y Grace Slick eran de las mejores dentro de la escena norteamericana del blues y la psicodelia y en los 50 podríamos remitirnos a Wanda Jackson, una cantante de rockabilly famosa por sus rasposas interpretaciones, sin embargo, no existía una banda conformada únicamente de señoritas y su participación era hasta entonces únicamente como cantantes.
Imaginemos que vivimos en 1976. El mundo del rock era ampliamente dominado por bandas conformadas exclusivamente por hombres, pocas eran las mujeres que se atrevían a tomar un instrumento e iniciar su propia banda de este género; si esto era difícil, introducirse en el medio, grabar un disco y hacer giras era casi imposible para las jóvenes de aquellos tiempos debido al machismo imperante dentro de la industria ( y también la sociedad).
Es en este contexto en el que las Runaways lanzan su primer álbum. Al observar la contraportada de aquel trabajo homónimo, con la edad de cada una de sus integrantes en ella, lo más probable es que se pensara que esta banda había sido armada únicamente para capitalizar el atractivo visual de sus integrantes: Joan Jett (guitarra rítmica y voz), Cherrie Currie (voz principal), Lita Ford (guitarra principal), Sandy West (batería) y Jackie Fox (bajo); cinco sensuales jovencitas aparentemente “disfrazadas de grupo de rock”.
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Esto en parte era cierto, pues su mánager, el empresario Kim Fowley, insistía en promocionarlas como “carnada” vistiéndolas con lencería, pero a pesar de ello la agrupación era totalmente auténtica, sus letras hablaban abiertamente sobre sexo, drogas y la vida en las calles, y combinaban el hard rock y el glam al estilo de Kiss, T. Rex, Aerosmith y Slade con la rebeldía y agresividad del, en ese entonces incípiente, punk. Fue justo en la explosión de este movimiento en 1977 en el que lanzaron su segunda placa, que las llevó de gira incluso hasta a Japón, donde eran igual de populares que ABBA, Led Zeppelin y Kiss. En esta gira, Fox dejaría el grupo y Vickie Blue seria la encargada de reemplazarla.
Al poco tiempo, la vocalista Cherie Currie dejaría la banda para comenzar su carrera solista y Joan Jett decidió encargarse de la voz para grabar Waiting for the night. En 1978, el grupo decide despedir a Kim Fowley por problemas de dinero y abuso verbal y sexual hacia las integrantes, con esto se disolvía automáticamente su contrato discográfico. Su último álbum “And now … The Runaways” solo se editó en Japón y algunas partes de Europa, pero saldría después en Estados Unidos, bajo el nombre de Little Lost Girls.
Luego de su separación, cada miembro emprendió carreras solistas: Joan Jett, famosa por su hit “I love rock and roll”, y Lita Ford siguen activas actualmente; Sandy West se convirtió en músico de sesión , formó una la Sandy West Band y murió de cáncer en 2006; Cherie Currie se dedicó al arte y a la actuación. Jackie Fox se hizo abogada, y Vickie Blue se convirtió en productora de cine y televisión.
Hoy en día no podrían concebirse grupos como
The Go Go´s, Sahara Hotnights, Bikini Kill, The Donnas o el movimiento de las Riot Grrrls, así como otros grupos de féminas, sin las Runaways. Y es que ellas fueron las primeras en demostrar que las mujeres también podían subirle a las guitarras y rockear como cualquier figura masculina. Sin duda tenían mucha más actitud que cualquier bandita de indie actual.